Etimológicamente compasión quiere decir lo mismo que simpatía.
La piedad no distingue entre inocentes, culpables, irresponsables o responsable de su mal; le basta para suscitarse la mera presencia de la desgracia. Es un ejercicio que pone al compasivo en el lugar del que sufre, sin que esté sufriéndolo en el mismo instante.
La compasión se encuentra desacreditada, y quien tiende a ejercerla suele ocultarla por vergüenza. La piedad requiere de la grandeza humana, para que no sea amenazada por la inmoralidad, y pueda perderse en el camino de la ingratitud.
Como dice Borges: con palabras claras y bellas dice: “Ser inmortal, menos el hombre, ignoran la muerte; lo divino, lo terrible, lo incomprensible, es saberse inmortal”.
La apología de la compasión es encontrar la respuesta más apropiada a este conjunto de dignidad y finitud que es el hombre, se muestra capaz de sortear aquellos riesgos que la acechaban como pasión.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario